la furia de esta pasión,
surge desde lo profundo,
se transforma en emoción.
Tiemblan el alma y las manos
al ritmo de una atracción,
vivo preso de un hechizo
que se conjuró en un gol.
Guardo el Oro de tu estampa
en su cetro de Carbón,
guardo en mis puños la fuerza
que contiene la tensión
que se libera en un grito
que desborda la razón.
No comprende el que no vive
la dicha de esta pasión,
ni la magia de una mística
que no tiene explicación.
Son tus glorias: mi memoria,
mi pasión, mi admiración,
mis lágrimas de alegría,
mi tristeza, mi ilusión.
Llevo en la piel tus colores,
en la sangre Oro y Carbón
y apretado en mi garganta,
vive el grito: Peñarol!!