lunes, 26 de abril de 2010

Cuchillo

Cuchillo,

ni el calor

en que fuiste forjado

templó tu acerada alma fría,

la sangre

no corre en tus venas,

se desliza

a través de tu hoja.

Tu filo estremece,

perturba

y al mismo tiempo atrae,

seduce.

Tu fálica punta

ferviente,

agrede, penetra,

inicia el corte

profundo,

que abre, divide,

la tierna rodaja jugosa

de sus otras hermanas,

aún expectantes

por tu frío abordaje.

Manchada tu hoja

respira,

anhelante

de calor de carne.

Vibra el puño

que te empuña,

siente tu deseo urgente:

hundir otra vez

tu figura de acero,

en la gruesa capa

adobada

de su crocante piel.

Es tu fiesta, sin dudas

cuchillo,

la parrilla reluce,

atestada

de carnes cautivas

que esperan

ansiosas,

entregarse completas,

al yugo febril

de tu filo.

jueves, 22 de abril de 2010

Observador

La cortina cae mansa

El sillón duerme tranquilo

Una silla enhiesta espera

Un libro sufre el olvido

La lámpara aspira el polvo

un cuadro los mira altivo

la mesa sueña el banquete

un cajón sigue escondido

la tele grita colores

el reloj marca el camino

y yo, simplemente observo,

los juegos que hace el destino

con todo tipo de objetos

en la casa donde vivo.

lunes, 12 de abril de 2010

Confusión

El cuadro colgaba inerte
en la pared blanquecina,
sus trazos me demostraban
una emoción muy sentida.

La paleta no era triste
ni te daba alternativas,
de allí manaba su fuerza
sin verdades ni mentiras.

Algo ocultaba ese cuadro,
algo había en esa herida.
Pero por más que buscaba
no entendía la misiva.

Quiero seguir mi camino
pues quítateme de encima
no llames más a mis ojos,
yo ya perdí esta partida.