lunes, 19 de julio de 2010

El chisme y su progenitor

Esa lengua pestilente

solo hiel va destilando

encaramada en un pollo

proyectil de escupitajo.


Su talento es la diarrea

de enjundias que por lo bajo

enchastran todo en la vuelta

buscando encontrar un blanco.


A quien agarra dormido

le deja ardiendo hasta el tajo,

las orejas coloradas

y el orgullo hecho pedazos.


Generalmente no mide

consecuencias por sus actos,

es como sopa de tripas,

es como esfínter fallado.


Como pizarrón y uña

que se enfrentan rechinando

es como espina en el ojo

doloroso como parto.


Sólo esconde el que lo engendra

inmundicia en su pecado,

víbora de cuatro lenguas,

sucio como rata e caño.

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